31.8.07

BODAS DE PLATA DE LA CATEDRAL RESTAURADA



En la Fiesta de la Asunción de María, el 15 de Agosto, en la Catedral de Concepción hemos recordado también su bendición tras ser restaurada hace 25 años.
En la crónica parroquial encontré un interesante artículo, publicado en el periódico “Presencia” escrito por Edwin Chacon. Seguramente muchos de los lectores de este Mensajero no estaban presentes en este gran acontecimiento. Por este motivo me permito citar algunos pensamientos:

“Como hace tres siglos, cuando se terminó de construir la iglesia de este pueblo, volvieron a reunirse los chiquitanos pata testimoniar su fe. … La bendición de la restauración no sólo fue solemne sino imponente y a decir de los concepcioneños, comienza aquí un nuevo resurgir del pueblo.
… El momento culminante llegó a las 11 horas del domingo, cuando el arquitecto Hans Roth, Director general de los trabajos de restauración, hizo entrega de la llave simbólica de la Catedral al Vicario Apostólico de Ñuflo de Chávez, Monseñor Antonio Eduardo Bösl quien presidió la bendición, juntamente con el arzobispo Luís Rodríguez de Santa Cruz.
El presidente de la Conferencia Episcopal de Bolivia, Mons. Rodrigues dijo que esta bendición es un motivo de honda alegría para todo el pueblo, pero mucho mas para el gestor de la obra, Mons. Bösl, de los padres franciscanos de Alemania, los voluntarios alemanes y de todos cuantos han trabajado desde fuera y dentro, hasta llegar a la feliz culminación.

Una cerrada ovación hizo retumbar el templo, cuando el Encargado de Negocios de la Republica Federal de Alemania, Guido Heymer, impuso solemnemente a Mons. Bösl la medalla “Gran Cruz del Mérito de Baviera” otorgado por el Consejo de Ministros de Estado de Baviera. Minutos antes, junto al arquitecto Roth, había recibido pergaminos de reconocimiento del pueblo de Concepción a través de sus instituciones y fue declarado Hijo Predilecto y Benefactor”.

¡Estimados Hermanos y Hermanas!

. ¿Qué nos sugieren estos textos tomados de la crónica de Concepción?.
Creo que primero la gratitud al Señor por la obra de evangelización que perduró casi los tres siglos. Gracias a Dios por los primeros evangelizadores que fueron los Padres Jesuitas, luego el clero diocesano que desde Santa Cruz atendía estas misiones; al pueblo Chiquitano por su generosa respuesta y en tiempos difíciles tanto a nivel religioso, cultural, político y social, por permanecer en su fe y en sus sanas tradiciones; hasta el día de hoy, aunque con otras connotaciones se mantienen los cabildos que antaño fueron los protagonistas en el mantenimiento de estos templos y en la transmisión de las prácticas religiosas.
Y finalmente la visión profética de mí recordado antecesor, Mons. Antonio Eduardo Bösl quien con la intervención de un gran Arquitecto Hans Roth supieron dar la respuesta adecuada a esta imponente obra. Ellos supieron reunir las personas adecuadas tanto de Concepción, como los voluntarios de Alemania para comenzar la restauración y llevarla a feliz término. El mismo Mons. Antonio Eduardo en sus palabras de agradecimiento indicó que un ejército de colaboradores ha intervenido en su restauración; “¿No es pues el esfuerzo de un equipo con mucho espíritu de sacrificio?”.

Una vez más dirigimos las palabras de agradecimiento a todos los bienhechores, especialmente de la Provincia San Antonio de Baviera, y la colaboración de las Organizaciones e Instituciones extranjeras, Nacionales y Locales.

Las Reducciones Jesuíticas pertenecen también al Patrimonio Cultural de la Humanidad. Gracias a estos monumentos los pueblos chiquitanos recobraron un nuevo resplandor. Ahora nos toca ser consecuentes en la responsabilidad del mantenimiento de estas obras. En muchos pueblos se nota el mejoramiento de las casas, de las plazas; hay un incremento de los turistas traen también los recursos necesarios para la vida del pueblo.

El año pasado, del 23 al 27 de marzo 2006 se hizo un Programa del lanzamiento mundial del Destino Turístico ”Chiquitos”; el mismo Presidente de la Republica estuvo presente, rodeado de muchas autoridades extranjeras y nacionales. Se lanzo muchos discursos. ¿Pero finalmente que quedo después de todo eso? ¿De que manera se beneficia nuestra catedral y otros templos? Después de 25 años de vida una persona es ya autónoma. ¿Poden decir eso nuestros pueblos que ahora nosotros mismos, todas las fuerzas vivas de nuestros pueblos, contribuiremos en el mantenimiento de estas obras?
Un experto en la materia me sugirió dar a conocer a la opinión pública los montos de los gastos que hay que hacer en los próximos tiempos para la intervención de las Iglesias en Concepción y en San Javier. Podemos hacerlo. Pero creo que tenemos que tomar todos muy en serio lo que dijo el Mons. Antonio Eduardo en la inauguración de esta catedral, necesitamos de un equipo comparado con un ejército con mucho espíritu de sacrificio.

El pueblo de Concepción en el año 2009 va a celebrar los 300 años de su fundación. Estaría bien pensar ya desde ahora, qué hacer para proteger y mantener nuestra iglesia catedral.
Pensemos cómo conseguir que la Plaza de la Catedral sea el entorno digno de un monumento Patrimonio de la Humanidad, donde todos podamos contemplarla tranquila, libre de polvo tanto en sus columnas exteriores como en su interior.
¿Cómo asegurar que por lo menos en la parte frontal de la catedral se evite un tráfico vehicular y se declare la zona peatonal como se hizo en otras partes de Bolivia?

Queridos Hermanos y Hermanas. Quiero concluir este mensaje con las palabras pronunciadas por el Mons. Luís Rodríguez en su homilía hace 25 años en nuestra iglesia catedral: “Dios no necesita de nuestros templos, porque como dice el salmo: Su templo es el universo y puede ser adorado en cualquier parte, sin embargo, es el corazón del hombre el que necesita un recinto sagrado y reservado para exponer sus plegarias con humildad. Es el hombre quien necesita expresar a Dios su adoración, su gratitud”.

Hagamos todo lo posible para que este recinto sagrado bien mantenido inspire nuevos ánimos y sobre todo un nuevo ardor de la fe en nuestros corazones. Qué nuestra Madre sin pecado concebida nos ayude a mantener hermosa nuestra Iglesia Catedral y limpio nuestro corazón. Dios les bendiga. Fraternalmente: Mons. Antonio Bonifacio Reimann, OFM

10.8.07

ORACIÓN POR BOLIVIA

La Conferencia Episcopal de Bolivia invitó a todos los fieles a la “Jornada de Oración” el día viernes 27 de Julio. También en nuestro Vicariato hemos asumido esta invitación con fe en sintonía con toda la Iglesia de Bolivia pidiendo al Señor que las Propuestas de la Iglesia Católica sean aceptadas en la Asamblea Constituyente y se reflejen en la nueva Constitución..

Unos dos días antes de la Vigilia, el viento del sur timbó el telón con las propuestas una y otra vez al suelo. A1 verlo en estas condiciones me preguntaba: ¿No será un signo para nosotros de que existen hoy las fuerzas dirigidas contra la dignidad humana, contra la justicia social y contra la libertad?

Pero, gracias a Dios, no faltaban las manos que levantaron el telón con las propuestas y lo colocaron ahora en este hermoso atrio de la catedral.
Como miembros de la Iglesia viva que somos todos, tenemos fe, creemos y esperamos una Constitución que garantice el RESPETO a la dignidad humana, a la libertad y a la justicia social.
Esperamos -Porque creemos en Dios Creador del hombre y de la mujer a su imagen y semejanza.

Esperamos - Porque creemos en Jesucristo que por su encarnación y por su solidaridad con los pobres y excluidos de la sociedad, nos encamina hacia la justicia social y la misericordia con el prójimo. Cristo por su muerte y su resurrección nos ha devuelto la dignidad de los hijos de Dios.
Esperamos - Porque creemos en la fuerza del Espíritu Santo que ha sido derramado en nuestros corazones y nos hace libres.

Esta es la fe de la Iglesia que nos lanza a defender la dignidad humana, la justicia social y la libertad. De ella se derivan las propuestas de la Iglesia para la nueva Constitución que queremos tener presente en nuestra oración

En esta noche de la Vigilia, muchos de nosotros tomamos el Evangelio de Mateo donde Jesús nos dice: "Ustedes son la luz del mundo....Uds. son la sal de la tierra” ((5,13-14).

Seremos luz a medida que nos vayamos acercando a esta luz. Este acercamiento a la luz de Cristo se llama CONVERSIÓN y acontece a través de la oración personal y familiar, escucha humilde de la Palabra de Dios, comunión con el Cuerpo y la Sangre de Cristo; el reconocimiento y valoración de nuestras culturas.

Solamente la comunión con Cristo nos lleva a la comunión con nuestros hermanos, especialmente con los que sufren. “De esta manera la CONVERSIÓN es punto de partida para la transformación de la sociedad y se nos abre los caminos de vida y esperanza para nuestros pueblos sufrientes por el pecado y todo tipo de injusticias”(Mensaje de Aparecida).

Nuestro Cardenal Julio Terrazas en la conferencia de prensa decía: "Queremos pedir a Dios la luz para quienes están trabajando en la elaboración de la Carta Magna; Luz que abra horizontes; Luz que destruye tinieblas; Luz que hace que nos reconozcamos como seres humanos; Luz que permite que nos encontremos con el otro y podamos también aceptar su punto de vista;"(30-06-07).

Hermanas y Hermanos. Dejémonos iluminar por esta luz y difundámosla en nuestros hogares, nuestras familias, nuestros trabajos, en toda nuestra Patria y donde sea que el Señor nos envíe. El salmista del Señor nos dice también hoy, en estos tiempos de cambio:“Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles" (126).

Ciertamente, una sociedad sólida nace del compromiso de todos sus miembros, pero necesita la bendición y la ayuda de Dios y por eso necesitamos elevar al Señor nuestra oración pues Bolivia lo necesita más que nunca.

Agradezco a todos los párrocos, hermanas religiosas, diáconos, grupos parroquiales del Vicariato por organizar y animar esta Vigilia. En este mes de las fiestas Patrias, sigamos pidiendo a Dios Padre por intercesión de la Virgen de Urcupiña, llamada también Madre de la Integración, su luz y su fuerza en estos tiempos que irrumpen el presente y futuro de Bolivia
Quiero concluir esta reflexión con una oración de San Francisco

Oh alto y glorioso Dios;
ilumina las tinieblas de mí corazón.
Dame fe recta, esperanza cierta, caridad perfecta, sentido y conocimiento,
Para que cumpla tu santo y veraz mandamiento.

Qué Dios les bendiga.
Mons. Antonio B.Reimann