3.10.08

“AÑO PAULINO” EN EL VICARIATO

En la reunión del Consejo Pastoral del Vicariato, el 21 de Julio de 2008, uno de los puntos tratados era sobre el “Año Paulino” promulgado por el Papa Benedicto XVI con motivo de la Solemnidad de San Pedro y San Pablo.

En esta oportunidad el Papa decía a los peregrinos: “Los historiadores sitúan el nacimiento de Saulo que se convertirá en Pablo, entre el 7 y el 10 después de Cristo. Por ello, al cumplirse aproximadamente dos mil años, he querido convocar este especial Jubileo”.

Asimismo enfatizó que se trata de una celebración de toda la Iglesia, en todos los rincones del planeta, pues “el horizonte del Año Paulino debe ser universal, pues San Pablo fue por excelencia el apóstol de quienes respecto a los Hebreos eran >lejanos<>cercanos<. Por esto, en un mundo que es cada vez más pequeño, pero donde muchísimos aún no han conocido al Señor Jesús, el Jubileo de San Pablo invita a todos los cristiano a ser misioneros del Evangelio,(....). Por esto he querido convocar este especial “Año Paulino” para escucharlo y tomar ahora de él, como nuestro maestro, en la fe y la verdad, en la cual están radicadas las razones de la unidad entre los discípulos de Cristo”. El Sumo Pontífice, impulsado por su solicitud pastoral, con motivo del Año Paulino, quiere proveer oportunamente a los tesoros espirituales que se han de conceder a los fieles para su santificación, de modo que puedan renovar y fortalecer, con mayor fervor aún en esta piadosa y feliz ocasión, propósitos de salvación sobrenatural a través de la Indulgencia plenaria de la pena temporal por sus pecados.

Según el decreto oficial de la Penitenciaría apostólica la indulgencia plenaria será otorgada:

I. A todos y cada uno de los fieles cristianos verdaderamente arrepentidos que, debidamente purificados mediante el sacramento de la Penitencia y alimentados con la sagrada Comunión, visiten piadosamente en forma de peregrinación la basílica papal de San Pablo en Roma y oren según las intenciones del Sumo Pontífice el Padre Nuestro y el Credo.
Los fieles cristianos podrán lucrar la indulgencia plenaria para si mismos o aplicarla por los difuntos, cuantas veces se realicen las obras indicadas.

II. Los fieles cristianos de las diversas Iglesias locales, una vez cumplidas las condiciones habituales (confesión sacramental, Comunión eucarística y oración según las intenciones del Sumo Pontífice), excluido cualquier apego al pecado, podrán lucrar la indulgencia plenaria si participan devotamente en una función sagrada o en un ejercicio piadoso realizados públicamente en honor del Apóstol de los gentiles: los días de la inauguración solemne y la clausura del Año paulino, en todos los lugares sagrados; en otros días dedicados a San Pablo y, para utilidad de los fieles, en otros designados por el mismo Ordinario.

III. Por último, los fieles impedidos por la enfermedad o por otra causa legítima y relevante, siempre con el corazón despegado de cualquier pecado y con el propósito de cumplir las condiciones habituales apenas sea posible, podrán lucrar también la indulgencia plenaria, con tal que se unan espiritualmente a una celebración jubilar en honor de San Pablo, ofreciendo a Dios sus oraciones y sus sufrimientos por la unidad de los cristianos.

Estimadas Hermanas y Hermanos de nuestro Vicariato Apostólico.

En este año, a principios de Noviembre, voy a participar con los otros Obispos de Bolivia, en la llamada “visita ad límina” que según la tradición de la Iglesia significa visitar la tumba de los apóstoles Pedro y Pablo, y compartir la experiencia pastoral de la iglesia local con el papa actual, Benedicto XVI, pidiendo sus consejos y sus bendición para el Pueblo de Dios que me ha sido encomendado.

Soy conciente que somos pocos de nuestra Iglesia local, que en este Año Paulino, podemos visitar la sepultura del apóstol Pablo y recibir la indulgencia plenaria en el mismo lugar.

Por eso, en virtud del decreto oficial de indulgencias, declaro para nuestro Vicariato Apostólico Ñuflo de Chávez, la iglesia Catedral de Concepción y la iglesia parroquial de San Pablo como SANTUARIOS en este Año Paulino.

La Catedral de la Inmaculada Concepción por ser iglesia Madre y sede del Obispo. En este año, en la fiesta de la Inmaculada Concepción se inauguran los festejos de los 300 años de fundación del pueblo de Concepción. Los primeros misioneros de la Compañía de Jesús, siempre se destacaban por una gran devoción a la Santísima Virgen María y a los apóstoles Pedro y Pablo.

La iglesia parroquial de San Pablo de Guarayos, fundada en el año 1900, será también en este Año Paulino como lugar de peregrinaciones de todas las parroquias de nuestro Vicariato, para fortalecer nuestro espíritu de discípulos y misioneros de Cristo a ejemplo de San Pablo.
En estos dos santuarios los fieles cristianos podrán lucrar la indulgencia plenaria una vez cumplidas las condiciones arriba mencionadas.

Estimados Hermanos. Todavía tenemos los nueve meses por delante. Invito a todos los fieles del Vicariato, unidos a sus pastores, aprovechar este tiempo de gracia para crecer en la fe y caridad que es el alma del discípulo y misionero de Cristo.

Por intercesión del Apóstol San Pablo reciban mi bendición apostólica.

Mons. Antonio Bonifacio Reimann, OFM